
Para la comunidad

LOS GUZMÁN SORIA DIRIGEN EL COLEGIO LATINO
El taxi de camino a la Unidad Educativa Particular “Latino” se metía por calles adoquinadas y angostas. En un momento, a mi lado izquierdo, vi un terreno pequeño, que me llevó a pensar en un desierto. De la arena resaltaba el color amarillo, que se mezclaba con el verde del poco césped que quedaba.
El taxi se detuvo ante una puerta blanca con bordes azules. Era la entrada a la institución que iba a la visitar. Parecía que no había nadie, porque estaba cerrada con llave. Miré hacia el piso y me preocupé al pensar que nadie me iba abrir la puerta. Por una rejilla observé que un hombre corría justo hacia donde yo me encontraba. No me equivoqué. Él era el conserje y muy amablemente me dijo que pasara y esperara al rector que ya estaba por llegar.
Mientras esperaba, veía cómo algunos estudiantes observaban a sus maestros. Otros estaban conversando en secreto, arriesgándose a que les llamaran la atención. Se sentía paz en ese momento. Me fascinaba ver los exteriores de las aulas. Había plantas y flores que adornaban los pasillos. Me parecía estar en un vivero lleno de colores y aromas inigualables. En la parte trasera del colegio había un cultivo de rosas y de plantas medicinales que habían sembrado los estudiantes.
Sin embargo, no sé en qué momento pasó el tiempo tan rápido y sonó el timbre del recreo y con esto toda esa tranquilidad iba a desaparecer. Todos los estudiantes salieron en desbandada a recreo. Los más pequeños corrieron hacia los columpios. Algunas niñas salían con sus muñecas a jugar. Los niños grandes querían jugar fútbol y las niñas básquet, otros alumnos simplemente se sentaban a conversar y a reír.
Uno de los docentes se me acercó y me comunicó que el rector me estaba esperando en su despacho. Al entrar a la oficina, noté que era amplia. Me fijé en sus cuadros de reconocimientos, que estaban colgados en una pared blanca. Detrás del escritorio había una pequeña biblioteca personal. Al lado derecho había una pequeña sala con muebles negros, a donde fui invitada a sentarme.
Entonces comencé a dialogar con el rector Hugo Guzmán García. Es un señor alto, de cabello blanco, con una voz grave. Tenía una camisa y un pantalón de tela, y llevaba puesto un chaleco café. Con solo mirarlo noté que era un hombre inteligente, gentil que me inspiraba confianza. Se encontraba acompañado de su esposa.
Me comenzó a contar su historia. Recordó cuando aún estaba soltero y estudiaba Ciencias de la Educación. “Al poco tiempo me casé y, por fortuna, mi esposa me apoyó para seguir preparándome”, me dijo, al tiempo que me indicaba que obtuvo una maestría en Gerencia Educativa, una en Desarrollo del Pensamiento, y, por último, un doctorado en Ciencias de la Educación”.
Seguíamos en nuestra plática con y entonces le pregunté, ¿Qué expectativas tiene hoy por hoy para el colegio Latino? Me contestó muy seguro: “La misión que tengo para la institución es aplicar pedagogías innovadoras. Y como visión de formar seres humanos que actúen como líderes críticos, emprendedores con uno de los mejores niveles académicos del país”. Es por eso que nuestro eslogan es “Nuevas ideas en educación”.
Toda su familia trabaja con el rector Guzmán, principalmente su esposa Yolanda Soria. Ella labora como colectora hace 27 años. “No ha sido un trabajo ni tan fácil, ni tan difícil” me dice. La pareja está feliz porque sus hijas también trabajan para el colegio. En lo laboral ellas reciben el mismo trato que los demás trabajadores. “Si no las trato igual, sería algo injusto con los demás” dice Yolanda Soria.
Las cuatro hijas mayores de la familia Guzmán Soria estudiaron en este mismo colegio y son en la actualidad las que trabajan en él. La secretaría está encargada a Maribel Guzmán, desde hace seis años. La segunda de sus hijas, Viviana, es relacionista pública y es la dueña del bar. En el establecimiento tiene trece años laborando. Licet Guzmán, es auxiliar en colecturía, pero antes estuvo en otras aéreas, lleva ahí cinco años. Mientras que Yesenia Guzmán, en este año, está encargada de talento humano y ha pertenecido al colegio los últimos diez años. La menor de las hijas, Mariana cruza el octavo año de educación básica en esta misma institución.
“Este ha sido mi más satisfactorio logro, tanto en lo personal como en lo laboral. Tengo una familia numerosa que me rodea. Con sacrificio me convertí en el dueño de esta escuela y colegio. Me preocupo porque los docentes se actualicen con las nuevas formas en educación y con la tecnología, para que a su vez lo practiquen con los estudiantes. Todos nos esforzamos para ofrecer una excelente educación”, concluye Guzmán
Rector Hugo Guzmán acompañado de sus nietos.
Foto: Fernanda Falcones